LOS MEJORES VIÑEDOS INDIVIDUALES DE RIOJA: DONDE EL TERROIR ES EL REY

En dos años, RIOJA celebrará su centenario como DENOMINACIÓN DE ORIGEN. Este nombre, uno de los más reconocidos en el mundo del vino, tiene una expresión estilística que tiende hacia la indulgencia cremosa y la satisfacción sensual.

Sin embargo, Rioja atraviesa una crisis de identidad, impulsada por aspiraciones filosóficas y ambiciones políticas, cada una tirando en direcciones ligeramente diferentes. El objetivo común es claro: lograr que Rioja sea reconocida finalmente como uno de los vinos más grandes del mundo.

El paisaje de Rioja, con sus colinas calcáreas y pueblos medievales como Laguardia y Labastida, se asemeja a Borgoña. Sin embargo, su modus operandi se parece más a Champagne, con una hegemonía de mezclas interregionales y un enfoque en el reconocimiento de marcas.

La producción anual de Rioja, alrededor de 320 millones de botellas, es similar a la del famoso espumoso. Pero, mientras en Champagne los grandes actores apuntalan la reputación, en Rioja parece haber una carrera hacia el fondo.

Con esto en mente, exploraremos algunos de los viñedos individuales más destacados de Rioja, donde el terroir es el verdadero protagonista.


LA EVOLUCIÓN DEL VIÑEDO SINGULAR

VIÑEDO SINGULAR

En 2017, el Consejo Regulador de Rioja introdujo tres nuevas categorías específicas del sitio: vino de zona (Alta, Alavesa y Oriental), vino de pueblo/municipal (145 pueblos reconocidos) y la categoría de viñedo singular.

Esta última es la que más ha captado la atención. Para obtener esta clasificación, los viñedos deben tener al menos 30 años de antigüedad, cosechas manuales y una densidad de plantación específica.

Aunque el progreso ha sido lento, con aproximadamente 121 viñedos singulares certificados hasta 2022 cubriendo 2,014 hectáreas, la aceptación de esta categoría está en aumento.

En la actualidad, hay 150 viñedos singulares certificados, que abarcan más de 2,500 hectáreas. Nombres venerables como Riscal, Urbina y Marqués de Vargas ya han obtenido la certificación, mientras que otros grandes nombres aún no se han unido al movimiento. La aceptación de esta nueva clasificación es crucial para elevar la calidad percibida de los vinos de Rioja en el mercado global.

La creación de la categoría de viñedo singular no solo busca mejorar la calidad, sino también destacar las particularidades del TERROIR DE RIOJA. Cada viñedo singular es una expresión única de su microclima y suelo, ofreciendo a los amantes del vino una experiencia más auténtica y diversa.

Este enfoque en el terroir ha llevado a muchos productores a adoptar prácticas agrícolas más sostenibles, reconociendo que la salud del suelo y la biodiversidad son esenciales para la producción de vinos de alta calidad.

En cuanto a la estructura de los vinos, los viñedos singulares de Rioja han comenzado a enfocarse más en la pureza de la fruta y la expresión del terroir, en lugar de depender en gran medida del envejecimiento en barrica.

Esto ha llevado a un aumento en el uso de técnicas de vinificación que resaltan el carácter del viñedo, como la fermentación en hormigón y el uso de roble de diferentes orígenes para añadir complejidad sin dominar el perfil del vino.


POLÍTICAS Y FILOSOFÍAS CONTRAPUESTAS

La situación política en Rioja es compleja, con la región de Alavesa, conocida por sus hermosos viñedos, bajo jurisdicción vasca, en contraste con sus vecinos castellanos.

Esta diferencia ha generado conversaciones sobre establecer una coda separada, viñedos de Álava, completamente desligada de las estrictas normas del DOCa.

Esta discordia interna, junto con el poder del Grupo Rioja, que a menudo parece no alcanzar las más altas aspiraciones cualitativas, ha creado un entorno de inactividad y confusión que no favorece el progreso.

Telmo Rodríguez, un defensor de los viñedos singulares, señala que el reconocimiento de sitios individuales en Rioja data de la Edad Media, pero fue socavado por los comerciantes en el siglo XIX.

Para Rodríguez, la categoría de viñedo singular es solo un punto de partida que necesita centrarse más en los sitios mismos. Su influencia se ha visto en la adopción gradual de prácticas más centradas en el terroir, aunque el camino hacia una aceptación completa sigue siendo desafiante.

Rodríguez ha sido un crítico vocal del sistema actual, argumentando que la clasificación basada en el envejecimiento (crianza, reserva y gran reserva) ha llevado a una homogeneización del vino de Rioja.

En su opinión, el verdadero carácter de Rioja debe ser definido por la diversidad de sus viñedos y las prácticas vitivinícolas que respetan y resaltan las características únicas de cada sitio. Esta filosofía ha sido adoptada por un número creciente de productores que buscan diferenciar sus vinos en un mercado global competitivo.

Victor Urrutia de CVNE destaca que, a pesar del enfoque tradicional en el envejecimiento, la variación de añadas es un factor cada vez más fundamental.

Esta perspectiva refuerza la importancia del terroir y cómo cada cosecha puede reflejar las condiciones específicas de ese año, ofreciendo una rica variedad de experiencias a los consumidores.

El enfoque en la calidad del viñedo singular también está impulsando a más productores a adoptar prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, mejorando aún más la calidad de los vinos producidos.


EJEMPLOS DESTACADOS DE VIÑEDOS SINGULARES

VIÑEDO SINGULAR

El CVNE y su parcela Contino, junto con el Ygay de Murrieta, son probablemente los viñedos singulares más antiguos y conocidos de España.

En estos sitios, la preferencia por el roble francés sobre el americano se hace en nombre de la pureza de la expresión del terroir.

Según Victor Urrutia de CVNE, el enfoque en el envejecimiento por encima de todo está siendo reemplazado por una apreciación de la variación de añadas, un factor cada vez más discernible y fundamental.

En la bodega Ramón Bilbao, el vino de la finca Lalomba Finca Ladero se fermenta en hormigón y se envejece en una combinación de roble francés y húngaro, evitando completamente el roble americano.

Este enfoque destaca cómo los productores están desmantelando gradualmente la estructura de la tradición en busca de la pureza del terroir.

La decisión de Ramón Bilbao de utilizar roble húngaro, menos común que el francés, añade una capa adicional de complejidad y sofisticación a sus vinos, mostrando un compromiso con la innovación y la excelencia.

La bodega Artadi, dirigida por Juan Carlos López de Lacalle, ha adoptado una postura radical al abandonar la DOCa para centrarse exclusivamente en la calidad y el terroir de sus viñedos.

Esta decisión refleja un compromiso inquebrantable con la autenticidad y la excelencia, y ha servido como inspiración para otros productores en la región.

Artadi ha sido un pionero en la adopción de prácticas agrícolas biodinámicas, que buscan trabajar en armonía con los ciclos naturales y mejorar la salud del suelo y la biodiversidad en sus viñedos.

En La Rioja Alta, el enfoque en viñedos individuales ha llevado al desarrollo de Finca Martelo, un vino que representa el pináculo de la calidad y la dedicación al terroir.

Guillermo de Aranzabal ha señalado que, aunque los vinos clásicos de Rioja basados en la mezcla seguirán siendo una parte importante de su cartera, el reconocimiento de viñedos singulares excepcionales es crucial para el futuro de la región.

Finca Martelo es un testimonio de esta filosofía, combinando técnicas tradicionales y modernas para crear un vino que es tanto un reflejo de su origen como una expresión de innovación.

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DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES

A pesar del apoyo conceptual a la clasificación formal, la adopción ha sido limitada hasta ahora. Algunos productores prefieren que el viñedo hable por sí mismo, más allá de las restricciones burocráticas.

En Artadi, por ejemplo, abandonaron la DOCa debido a la frustración con los modelos económicos de grandes volúmenes que no consideran el terroir.

La inmortalidad de los vinos clásicos de Rioja, basados en la mezcla de diferentes uvas de diferentes viñedos, sigue siendo el presente y futuro para muchos, como lo indica Guillermo de Aranzabal de La Rioja Alta. Sin embargo, también reconoce que la región se beneficiará de viñedos individuales realmente excepcionales, como lo demuestra su vino Finca Martelo.

El camino hacia una mayor adopción de la categoría de viñedo singular está lleno de desafíos. La resistencia a cambiar prácticas arraigadas, la presión económica y la falta de consenso entre los productores son obstáculos significativos. Sin embargo, las oportunidades son igualmente grandes.

La creciente demanda de vinos auténticos y de alta calidad en el mercado global ofrece un incentivo poderoso para que los productores adopten prácticas centradas en el terroir.

Además, la evolución hacia una mayor sostenibilidad en la viticultura es una tendencia que está ganando tracción en Rioja. Los viñedos singulares, con su enfoque en la calidad y la autenticidad, están bien posicionados para liderar este movimiento.

La adopción de prácticas agrícolas sostenibles no solo mejora la calidad del vino, sino que también protege el medio ambiente y mejora la viabilidad a largo plazo de los viñedos.


EL FUTURO DE LOS VIÑEDOS SINGULARES EN RIOJA

VIÑEDO SINGULAR

El futuro de Rioja, al parecer, estará cada vez más definido por la autenticidad de su tierra y la dedicación de sus viticultores a preservar y destacar estas características únicas en cada botella.

La tendencia hacia la valorización del terroir y la autenticidad está ganando terreno, con más productores comprometidos en resaltar las características únicas de sus viñedos.

En 2024, Rioja sigue avanzando hacia un reconocimiento más amplio de sus viñedos singulares. La importancia del terroir y la autenticidad está siendo cada vez más apreciada tanto por productores como por consumidores.

A medida que más bodegas adopten prácticas sostenibles y enfoques centrados en el viñedo, la calidad de los vinos de Rioja continuará mejorando, consolidando su posición como una de las regiones vinícolas más prestigiosas del mundo.

Los avances tecnológicos también están jugando un papel crucial en la evolución de los viñedos singulares. Herramientas de precisión, como el mapeo del suelo y el monitoreo climático, permiten a los viticultores entender mejor las características únicas de sus viñedos y tomar decisiones más informadas sobre el manejo de la viña y la vinificación.

Estas tecnologías están ayudando a los productores a maximizar la expresión del terroir en sus vinos, elevando aún más la calidad y la distinción de los viñedos singulares.

La colaboración entre productores también está emergiendo como un factor clave para el éxito futuro de los viñedos singulares. Compartir conocimientos y mejores prácticas, tanto a nivel regional como internacional, está permitiendo a los viticultores aprender unos de otros y mejorar colectivamente la calidad de sus vinos.

Esta colaboración también está fomentando un sentido de comunidad y propósito compartido entre los productores de Rioja, reforzando su compromiso con la excelencia y la autenticidad.


LA TRANSFORMACIÓN HACIA EL RECONOCIMIENTO DE VIÑEDOS SINGULARES EN RIOJA: UN RETORNO A LA AUTENTICIDAD

La evolución hacia el reconocimiento de viñedos singulares en Rioja es un proceso en curso que refleja tanto la rica historia como los desafíos contemporáneos de la región.

Aunque la adopción ha sido lenta, el enfoque en el terroir y la autenticidad está ganando terreno. A medida que más productores se sumen a este movimiento, es probable que veamos una mayor apreciación y reconocimiento de los viñedos individuales de Rioja, consolidando su posición como una de las regiones vinícolas más prestigiosas del mundo.

La diversidad de terroirs en Rioja, desde las colinas calcáreas hasta los viñedos de alta densidad, ofrece un potencial inmenso para la creación de vinos únicos y de alta calidad.

El futuro de Rioja estará cada vez más definido por la autenticidad de su tierra y la dedicación de sus viticultores a preservar y destacar estas características únicas en cada botella.

En última instancia, la apuesta por los viñedos singulares representa un regreso a las raíces de la viticultura, donde cada parcela de tierra cuenta una historia única.

Esta vuelta a lo esencial no solo preserva la rica herencia vinícola de Rioja, sino que también abre nuevas oportunidades para la innovación y la excelencia en la producción de vino.

Con un compromiso renovado con el terroir y la autenticidad, Rioja está bien posicionada para enfrentar los desafíos del futuro y continuar su legado como una de las regiones vinícolas más emblemáticas del mundo.

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